La especialista chilena Hilda Arévalo, dió apertura a la edición 2015 del Curso en Gestión Cultural presencial.
El rol de los gestores culturales, el trabajo comunitario y la cultura como desarrollo humano fueron algunos de los temas que abordó junto a los estudiantes.
La docente reflexionó sobre la conexión entre cultura y desarrollo, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La transversalidad de la cultura, su relación con la educación, el medio ambiente y la salud
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El rol del gestor
En este contexto de redefinición de la cultura y de su vinculación con el desarrollo humano, una de las preguntas fundamentales del gestor es ¿cómo hacer para ampliar las potencialidades de los ciudadanos y las comunidades?
Hilda Arévalo sostuvo que una política social y cultural debe atender fundamentalmente a “las necesidades de las personas y las comunidades”, y por eso un gestor no tiene porqué indicar “qué tienen que hacer”, porque cada uno “trae sus expectativas, sus dudas, sus ganas, sus sueños”. “Si un gestor cultural no sabe escuchar a los demás, se tiene que dedicar a otra profesión”, afirmó. Entonces, frente a una demanda concreta, tiene que ponerle al proyecto su mejor traje, ver cuál es el fondo al que se puede concursar, las gestiones que hay que realizar, las instituciones con las que se puede interactuar, etc.”
Por esto mismo el rol del gestor no se limita a proponer eventos artísticos, brindar espacios de formación y producir espectáculos para el tiempo libre, sino también a trabajar para que “cada comunidad sea sujeto de su propio desarrollo”. “Deben sacar el potencial y las capacidades en todos los terrenos y estimular a que los ciudadanos se sientan libres y participen en los debates públicos, que ellos puedan elegir y ser elegidos”.